La Paz en Educación Infantil
Como cada año, el 30 de enero celebramos el día de la Paz en nuestra escuela. Pero… ¿es posible que niños y niñas tan pequeños entiendan este concepto tan abstracto?
De manera rápida diríamos que no. Este concepto requiere de un trabajo de elaboración que escapa en un principio al nivel madurativo de los niños de hormiguita. Sin embargo podemos afirmar que hay maneras muy concretas de trasmitir un concepto, que luego con el tiempo se irá complejizando hasta adquirir una mayor potencia simbólica. Pero sí podemos afirmar que a medida que van creciendo, en los actos de cada día, son capaces de ir diferenciando lo que está bien y lo que no; lo vemos en ciertas situaciones que se dan en la vida diaria y por supuesto contando con un adulto detrás que oriente y valore estos hechos.
Por ejemplo: dos niños jugando en el jardín, uno tiene una pelota y el otro la quiere, para conseguirla, le muerde la mano y se la quita. En esta etapa “egocéntrica” de su desarrollo, es algo absolutamente normal. “Quiero algo y lo cojo”, así de simple. Ellos todavía no poseen herramientas para resolver conflictos de este tipo de una manera “socialmente correcta”.
Es nuestra labor como adultos ir mostrándoles otras formas de solucionar estos problemas de manera pacífica. Con respuestas simples del tipo: “Has hecho daño a tu amigo. Dale un beso y pídele perdón, por favor.”, aquí ya le permitimos que sea consciente que hay algo que no ha hecho bien, le mostramos las consecuencias de su acción y cómo repercuten en los demás, y a su vez; le damos una opción para poder solucionar el conflicto.
Otro caso sería el hecho de compartir algo nuestro con los demás. En Hormiguitas, desde hace unos años llevamos a cabo el proyecto de la biblioteca de aula, que además de potenciar su amor por la lectura, hace que al crear la biblioteca con cuentos que traen los niños de casa, sean ellos mismos los que descubran que es enriquecedor poder compartir nuestros “tesoros” con el resto de la clase; porque cada día se trata de uno diferente y los cuidan como si fueran suyos (literalmente; por eso algunos necesitan “reparaciones” al acabar el trimestre).
También me parece importante que practiquemos con los pequeños la colaboración entre unos y otros para conseguir un fin determinado. Si hay algo que caracteriza a los niños y niñas es su afán por ayudar; ya no sólo a los adultos, sino también entre ellos. Con simples acciones como ayudar a un amigo que se ha caído al suelo a levantarse, a ponerse una zapatilla que se le resiste después de la siesta, coger algo que se le ha caído al suelo… Es conmovedor ver como niños y niñas que todavía no han cumplido los tres años de edad son capaces de empatizar los unos con los otros de esta manera. Ojalá los adultos no olvidásemos lo mucho que nos tienen que enseñar en este aspecto.
En definitiva, no es necesario que los niños y niñas sepan el significado etimológico y aún lejano en el concepto, de esta palabra. Con unas simples pautas que les ofrezcamos los adultos para resolver sus conflictos, dándoles oportunidades para compartir todo su mundo y sobretodo, dejándoles que expresen ese amor hacia los demás que llevan dentro; serán ellos y ellas los que nos enseñen a nosotros el verdadero significado de la palabra PAZ.
“La paz empieza con una sonrisa” Teresa de Calcuta
Fani Garcia ( tutora de 2 a 3 años )